Escayola, hilo de poliéster, hilo metalizado y óleo
42 x 25 x 6 cm
Gracias a este proyecto he aprendido acerca de la forma en la que este tipo de afecciones asfixian a las personas que las padecen, haciendo que se encuentren atrapadas en una situación de la que, por mucho que se esfuercen, no pueden escapar. Asimismo he podido observar que no se trata de personas débiles, como normalmente se las denomina, sino de personas normales a las que les ha tocado vivir una situación que no pueden controlar.
Alejandra Martín Tejeda
Salamanca, 1995
Alejandra trabaja en torno al concepto de recuerdos encubridores que Sigmund Freud definió como aquellos recuerdos especialmente de la infancia creados por la mente para ocultar traumas del pasado. La artista trata de cuestionar qué hay de cierto en nuestros recuerdos y qué se esconde en la oscuridad de nuestra mente, qué es eso que está oculto. Influenciada por Louise Bourgeois utiliza sus propios recuerdos, en especial aquellos que generan dolor, angustia e incomodidad para crear pequeñas piezas escultóricas que tratan de transmitir esas sensaciones al espectador.
Ligado al término de recuerdos encubridores trata de reproducir de forma simbólica cómo el paso del tiempo deforma los recuerdos y deteriora la memoria, dando lugar a nuevas imágenes del pasado o al olvido. Plantea la memoria como una casa en la que ha habido un incendio, que es el paso del tiempo, y sus piezas son esos objetos que quedan tras el desastre, objetos encontrados y desprendidos de vida, esta es la razón por la que utiliza materiales deteriorados, desordenados y quemados.